La memoria histórica y el concepto de justicia inmediata en Colombia, parte 1.

En Colombia somos expertos en dejar las cosas en su estado anterior, somos una especie de mentes insensatas en cuanto al sentimiento que tenemos sobre nuestra justicia, porque desligamos el concepto de “justicia” del concepto de “tiempo”, esto conlleva toda un serie de consecuencias sociales que terminan por convertirse en la fatídica realidad que nos acosa: somos un país sin memoria histórica, somos un país con un concepto inmediato de justicia.

Pero, antes de profundizar sobre el tema, pensemos por un instante, porque en Colombia un asesinato pierde su importancia a medida que pasa el tiempo? Porque en Colombia el victimario se va convirtiendo en un victimario disminuido al pasar de los años? Porque las victimas de hace años valen menos que las de ahora?. Quisiera responder de manera simplista y decir que todo corresponde al famoso conformismo, al “deje así” tan colombiano como ninguna otra cosa, pero si me pongo a pensar tal como si fuera un espectador ajeno, un extranjero, alguien que simplemente estuviera de paso por este país, quizás daría con el clavo del asunto, quizás comprendería el porque aquí la vida pierde valor con el paso del tiempo y porque, para mayor asombro y tristeza: la muerte va perdiendo valor con el paso del tiempo.

Hagamos retrospectiva, miremos el mundo colombiano como una consecuencia de actos, de sonidos, de colores, de culturas que se tejen en un bordado heterogéneo, que es lo que pasa?, o mejor dicho, que es lo que tiene que pasar para que estas cosas pasen? Claro! Volvamos al caldo primigenio, primario de nuestra sociedad: la enseñanza en los colegios.



La enseñanza en los colegios de Colombia es una enseñanza enfocada principalmente a fortalecer el individualismo sobre todo lo demás, sobre la conciencia colectiva; a los niños se les inculca desde pequeños la importancia de lograr el establecimiento de metas para si mismos, dentro de toda esta enseñanza, se pretende que cada niño desarrolle su propia personalidad y libertad de pensamiento, sin embargo, como el proceso educativo colombiano está limitado a los momentos de atención que los niños tengan en sus colegios para con sus profesores y a nada mas que eso, nos encontramos con la paradójica situación de que dicho proceso no se preocupa por todo el entorno del niño, o del adolescente, por sus amigos, por su familia, por sus hobbies, así como tampoco se preocupa por sus habilidades especificas, por su función como futuros ciudadanos y por su papel dentro de la comunidad.

Todo lo anterior genera de entrada una predisposición del niño o del adolescente a ver la sociedad como un factor no incluyente, que no se preocupa con el, que es selvática, incontrolable, salvaje, y fría. La sociedad es comprendida como una especie de rival a vencer, como una especie de obstáculo entre lo que se quiere y las metas establecidas, pero no es vista como un factor incluyente, como algo de lo cual se forma parte, este tipo de predisposiciones alimentan múltiples males, entre ellos los de evasión fiscal, los de abstención electoral y los del sentimiento de inferioridad que se tiene ante el pequeño y minoritario grupo de personas que comandan los procesos de dirección del país.



No obstante lo anterior, a los niños y a los adolescentes, dentro de ese descuido integral del sistema educacional colombiano, se les bombardea constantemente con noticias sobre hechos generadores de violencia, en este punto es importante también señalar la complicidad de los padres con este fenómeno, los padres en Colombia tampoco son educados en la labor de ser padres, el sistema educativo debería también educarlos a ellos a la par con los menores.

El resultado de los dos acontecimientos anteriores, esto es: la educación de los niños y de los adolescentes y por otro lado, el bombardeo mediático con hechos generadores de violencia y con muchos otros hechos propios de la modernidad como la exaltación del placer individual, van generando una nueva especie de ciudadanos a los cuales ya no les importa un hecho de violencia mas, porque su cerebro ha ido perdiendo con el tiempo la sensibilidad hacia dichas noticias, la situación se vuelve mas dramática si se considera el hecho de que esto ha sido así por años y años y de que, los adultos de la Colombia del siglo 21 también fueron esos niños ya adolescentes que crecieron bajo esas falencias.

Hasta aquí la primera parte sobre este tema tan profundo, espero sus comentarios y luego los espero en la segunda parte.

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